Uno de los momentos más entrañables para niños y mayores que se celebra en Navidad es el día de los Tres Reyes Magos o de la Epifanía.
Contamos con numerosos ejemplos de esta representación tanto en la catedral de Burgos como en el resto de la provincia, pero cabe destacar la relación de Burgos con las reliquias de los Reyes Magos que se encuentran actualmente en la Catedral de Colonia.
¿Cómo llegaron los restos de los Reyes Magos hasta Colonia?
Nos tenemos que remontar al año 300 d. C. en el que la Emperatriz Elena, madre del Emperador Romano Constantino I rescató en Saba las adoradas reliquias.
El Obispo de Milán, San Eustorgio, las recibió del Emperador de Constantinopla.
Posteriormente, en el año 1164 el Emperador Federico Barbarroja del Sacro Imperio Romano-Germánico las robó de Milán, llevándolas al arzobispo de Colonia, donde descansan en la actualidad.
¿Pero qué nos une a los restos óseos de los Reyes Magos?
Actualmente podemos observar en el museo de la Catedral de Burgos (antigua capilla de Santiago),la sepultura de la familia Astudillo con un arcosolio en el que aparece la representación de los Reyes Magos.
Además encontramos una leyenda donde afirman haber contribuido a la construcción de la capilla de los Reyes Magos en la catedral de Colonia, aunque no existe ni documentación que así lo confirme, ni siquiera la capilla como tal, ya que en la actualidad lo que se venera en Colonia es un relicario.
El relicario “Dreikönigsschrein”, está actualmente considerado como el relicario más grande del mundo occidental. Tiene forma de sarcófago triple, realizado en madera recubierta de oro y plata, y decorado con esmaltes y piedras preciosas. En el interior se han encontrado restos óseos pertenecientes a tres personas. Se atribuye la obra a Nicolás de Verdún.
Existe sin embargo constancia de que la familia Astudillo vivió en una casa de la Llana durante el siglo XV y también sabemos que fue una de las ricas familias de mercaderes burgaleses que gracias al Consulado del Mar instalaron embajadas en Bélgica, Holanda y Alemania, donde negociaban con productos castellanos como la lana de oveja merina. Se conoce también que desde ese momento en el que los Astudillo se proclaman como mecenas de la capilla de los Reyes Magos, muchos de sus descendientes reciben el nombre de unos de los tres Magos, repitiéndose en varias generaciones.
Les invitamos a que visiten esta representación de la Epifanía, así como la que encontramos en el claustro alto de la Catedral del último tercio del siglo XIII, en la que el primer Rey Mago realiza la genuflexión delante del niño Jesús, mientras este los bendice.
También y ya fuera de la Catedral, pero en las cercanías del templo, merece la pena visitar la iglesia de San Gil, que sí consta de una capilla dedicada a los Reyes Magos.
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