La iglesia visigoda de San Vicente del Valle forma parte del patrimonio artístico de la comarca burgalesa de los Montes de Oca. Se localiza a los pies de la Sierra de la Demanda en el fértil valle del río Tirón.

El templo  data de finales del S.VI aunque a lo largo de su dilatada historia ha sufrido numerosas remodelaciones como las llevadas a cabo en los siglos IX y X, y posteriormente en el S.XIII.

Se conserva un documento de 1046 en el que se cita la existencia de un pequeño cenobio en la zona dedicado a la Asunción de Nuestra Señora, lo que ha hecho a los historiadores identificar la iglesia de San Vicente con ese antiguo monasterio.

En el S.XIII el obispo D. Mauricio (fundador de la Catedral de Burgos junto al rey Fernando III “el Santo” en 1221) la consagra de nuevo en honor a la Virgen María, tal como se puede leer en la inscripción grabada sobre la rosca del arco de entrada.

Exteriormente destacan los juegos de volúmenes característicos de la arquitectura medieval aunque la visión original se vea alterada por el añadido de la sacristía del S.XV y la reforma de la espadaña del S.XVIII.

Los muros fueron construidos con materiales reutilizados de edificios de época romana.

Se accede al templo por dos vanos, la puerta del lado norte y la sur reformada en el S.XIII. El pórtico presenta tres espacios compartimentados, el central para entrar en el templo, y el más curioso en el lado sur, que ha sido interpretado como el baptisterio.

El interior consta de una sola nave y un ábside rectangular. Tanto la nave como el pórtico presentaban una serie de silos excavados en el pavimento que sirvieron de almacenamiento de cereales, y que fueron cegados en el S.XIV.

En la iglesia se muestran una serie de restos arqueológicos originales del templo y de sus alrededores. Destacamos una colección de estelas funerarias de época romana de los S.II y III, y medievales procedentes del cementerio que rodeó la iglesia.

Merecen nuestra atención cuatro capiteles originales visigodos que estuvieron colocados en los vanos altos y que fueron sustituidos por otras piezas para su mejor conservación. En la cara central presentan un rostro humano muy esquematizado rodeado de hojas en los laterales.

La ermita de san Vicente del Valle custodia un Calvario de madera policromada del S.XV.

En los años ochenta del pasado siglo el edificio sufrió un terrible incendio que destruyó las cubiertas de madera y provocó prácticamente su ruina. Entre los años 1993 y 1994 la Junta de Castilla y León acometió la restauración del templo que le ha devuelto a su antiguo esplendor.